El propósito de un buen sistema de refrigeración

Por definición, el frío es la carencia de calor. El calor no puede ser eliminado, pero puede ser trasladado a otra parte. El propósito de cualquier sistema de refrigeración es extraer el calor de algo (producto o habitación) y depositarlo en otro lugar, en general en el exterior.

Este concepto es importante cuando buscamos problemas de eficiencia, ya que un condensador localizado en un lugar caliente tendrá más dificultad a la hora de disipar su calor y dejará el líquido más caliente para retornarlo al sistema donde tiene que volver a cargar más calor del producto a ser refrigerado.

Para trasladar el calor, el compresor crea un vacío, adquiriendo el gas caliente del evaporador, comprimiéndolo y mandándolo a un condensador donde se puede extrae el calor producido, creando un líquido. De allí se  expande rápidamente, lo cual lo convierte de nuevo a un gas frío. Al convertirse en gas, ésta sustancia fría puede calentarse, absorbiendo el calor del área donde se encuentra, es por ello que conseguimos la refrigeración del espacio en cuestión.

El Gas

Existen más de 100 gases que pueden ser utilizados para trasladar el calor de un lado a otro. Cada uno de estos gases tiene ventajas y desventajas en la refrigeración de espacios y además, tienen sus funciones específicas que deterinan donde uno es el mejor o el más eficiente. En la mayoría de las funciones pequeñas que encontramos, se utiliza Haloalkanes (Freon es el más conocido) – (conocido como chlorofluorocarbon) (CFC).

Freon es el nombre comercial del CFC producido por Dupont Corporation. Esto fue originalmente diseñado para ser menos peligroso para los hogares que los gases utilizados años atrás, y aumentar su eficiencia en sistemas pequeños. Después, se descubrió que este gas era peligroso para el medio ambiente (capa de ozono). Ya en 1995 la producción de CFC fue declarada ilegal en los EEUU, y  reemplazada con diferentes combinaciones de gases para sistemas pequeños. En la mayoría del mundo, los sistemas que continúan con Freon tienen que ser revisados con frecuencia y están sometidos a mucho control sobre su descarga y recarga.

El gas más eficiente en transferencia de calor, más económico, y menos dañino al medio ambiente es Amoniaco. La mayoría de los sistemas grandes de refrigeración de alimentos utilizan amoniaco por su amplio rango de temperaturas (hasta -70° C) y alta seguridad (se puede oler cualquier escape de gas). En caso de alguna pérdida, el amoniaco que sale es detectado por su olor, y una vez que absorbe agua, es absorbido por la tierra como abono. En general, por la eficiencia del amoniaco, un sistema de refrigeración que utiliza amoniaco es entre 10% y 20% más pequeño y más económico para fabricar.